domingo, 1 de junio de 2014

Evidencia vs. Creencia


"Si señora, tome su emoliente"
"No se preocupe señor, coma su yacón"

"Pero no deje de seguir mis indicaciones"

Lindando con el esoterismo, siguiendo recetas astrológicas y pactando con Chamanes no se ha curado nadie. No digo que todos los curanderos, adivinadores, amarra-parejas y demás superpoderosos  sean charlatanes en su totalidad, pero… muchos lo son.

El perjuicio va más allá de lo que imaginan. No hay daño mayor en el que toma un “Super archi” polvo proteico para bajar de peso o aumentar músculo de manera mágica y lo deja cuando no ve resultados. Sólo su bolsillo fue asaltado por un facineroso embaucador.

Pero, ¿Somos conscientes de cómo se afecta el crédulo? Me explico: el parroquiano sensible al efecto placebo o el desesperado por recibir soluciones rápidas va a depositar esperanza, plata, tiempo y hasta su salud en tratamientos fútiles (si anda con suerte) y hasta mortales.

No tengo nada contra la medicina natural. Es más, la fomento. Fomento con sustento. Existe algo que se llama Medicina Basada en Evidencias (MBE), que incluye tratamientos (en base a conocimiento) convencionales y naturales. Si hay información científica veraz, de que una hierbita o una raíz chancada con rabanitos, miel de chancaca, ajonjolí y pimienta al gusto modifican positivamente el curso de alguna enfermedad, pues tápese la nariz y tómese la cochinada esa. Yo digo no a basarse en tradición popular para reemplazar tratamientos comprobados; ¿Ver para creer? No. Leer para saber.

Pregunta al lector: En una reunión familiar, ¿Quién recomienda usualmente los tratamientos caseros? (y a hasta desprestigia medicamentos porque conoció a alguien al que le cayó mal). La abuela. ¿A quiénes atiendo? Abuelos/as de muchos. Enfrento esas situaciones muy seguido y hay que tener tino para suspender multivitamínicos, brebajes, tónicos y potajes fabricados en oscuro aquelarre pues son parte de nuestra cultura y eso se respeta.

Muy claro lo dijo mi profe de Medicina hace casi 10 años: “Si con agüita se cura, pues agüita dale”. #faithpower

Consejo: no imponer. Negociar. Ser estricto si vemos algo muy exagerado, pero dar chance a que la naturaleza haga su chamba. Por ahí que te sorprendes. Y realmente hay muchos casos en los que la tía hierbera del mercado te saca de apuros. Penca de tuna para la hinchazón de piernas. Granadilla para el estreñimiento. Sábila para la piel. Incienso para el relax. Pero esconder maracuyá en la sala para ahuyentar al tunche, o bañar a un pobre chibolo con fiebre con todos los aliños para ensalada que tiene a la mano la madre, son cosas que no comparto.  

Hay que fidelizar a los pacientes a que reciban los tratamientos que sabemos que son correctos y dejar que consuman medicina natural si sabemos que es beneficiosa. Pero hay que saber de ambas cosas. El que no sabe de maca, achiote, cola de caballo, pezuñita, chonta, caspiroletas, limones al cuello o alcanfor, déjelo al experto.

Y con “experto” no quiero referirme a Don Eusebio del Mercado de Surquillo (Puesto N° 321, pasando los pescados) si no a alguien con las competencias, diplomas y experiencia para manejar pacientes con Medicina Natural.

Por otro lado, un Médico, especialista en Cirugía Cardiovascular, con subespecialidad en Transplante Cardíaco, con una super especialidad en operar sólo con la mano izquierda, maestría en aquello y doctorado en lo otro, ¿tendrá la calidad profesional/moral para decirle a un paciente que no tome su Uñita de gato? El pata la rompe, pero en otro campo. 

Cada loco con su tema.

Cada enfermo con su hierba.

Hágale caso a su médico. Búsquese un buen médico. A lavarse las manos, tomar pisco, cagarse de risa y dormir bien.

-       Señor, veo que ha recuperado su peso después de la cirugía, lo felicito.
-       Si, doctor. Es todo por el gato.
-       ¿Perdon? ¿Qué gato?
-       HIJA: #trágametierra #hartoroche
-       Como pan con gato frito, o en chicharrón… ¡¡¡ay hijita!!! ¡¡¡¡pero si no me comí al Roger, no te quejes!!!!

Mi vida. 2012. Me reí.